Los servicios de salud tienen el reto a nivel mundial de dar una atención sanitaria de calidad y segura, libre de daños asociados a los cuidados que se dan. Este reto se debe desplegar en cada nivel asistencial que conforma el sistema, tanto en atención hospitalaria como en la atención primaria.
La seguridad clínica constituye el nivel mínimo de calidad que debemos garantizar en la atención que prestamos a las personas que atendemos. Este concepto de seguridad del paciente, no implica que en todo momento vayamos a poder dar un cuidado completamente seguro. El riesgo cero no existe. La cultura de seguridad del paciente es la manera en cómo la organización, consciente de que “errar es humano”, se organiza día a día para dar la atención de la forma más segura posible, identificando riesgos, analizando incidentes, dando una respuesta adecuada cuando ocurren y no dejando de aprender, para mejorar el servicio que damos a nuestros pacientes.
Dirigido a: Profesionales de atención primaria, especializada y 061