En el contexto de la salud mental la actividad “Comportamiento suicida” pretende ser parte de una respuesta a un fenómeno complejo que se ve afectado por varios factores interrelacionados de carácter personal, social, psicológico, cultural, biológico y ambiental. Desde este punto de vista integral, el suicidio constituye una prioridad de salud pública. Los costos económicos y humanos de la conducta suicida para los individuos, las familias, las comunidades y sociedad hacen que el suicidio sea un grave problema de salud pública en todo el mundo. Cada año, a nivel mundial, fallecen cerca de 800.000 personas por suicidio (lo cual equivale a una persona cada 40 segundos). Cada suicidio e intento de suicidio constituye una tragedia personal que acaba prematuramente con la vida de una persona y tiene luego unas consecuencias persistentes, que afectan drásticamente a las vidas de familias, amigos y comunidades…