El grupo ARiHSP y la unidad de Biocomputación están analizando cómo se atiende en España, Francia y Portugal a los pacientes y así identificar las mejores prácticas

Zaragoza. 29 de octubre de 2018.- Investigadores del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) participan en un proyecto europeo que aspira a crear una estrategia común contra el ictus. Desde abril, los miembros de la Unidad de Investigación en Servicios y Políticas de Salud (ARiHSP) y de Biocomputación del IACS están analizando y comparando los diferentes modelos regionales de atención al ictus con el objetivo de identificar las localizaciones donde se atiende más rápido y con más éxito a los pacientes. Y, con esa información, establecer un protocolo común basado en la evidencia y que garantice el acceso equitativo a la atención médica.

Esta investigación se enmarca dentro del proyecto ICTUSnet, dirigido por la l’Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS), en el cual participan diez socios europeos de España, Francia y Portugal. El proyecto está financiado por el Programa Interreg Sudoe, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y permitirá investigar durante tres años.

En este campo, el IACS aporta su experiencia en el manejo de información y del Big Data. Su experiencia ayudará a localizar las mejores prácticas y explorar nuevas perspectivas en la asistencia a los pacientes. De ahí saldrá parte de la base que se emplee en la definición de las pautas de asistencia para reducir el impacto de las consecuencias del ictus, especialmente en los casos más graves.

 

SOBRE EL ICTUS

El ictus es una enfermedad urgente causada por una alteración repentina del flujo sanguíneo al cerebro que a menudo provoca daños permanentes. El diagnóstico y tratamiento rápido del ictus puede evitar la muerte o posible discapacidad. Representa la segunda causa de muerte en Europa y se encuentra entre las principales causas de discapacidad y demencia en adultos.

En este contexto, el uso de las nuevas tecnologías (inteligencia artificial) y el análisis de datos masivos (big data) podrían mejorar las estrategias de asistencia integrada del ictus, al permitir compartir las buenas prácticas y evitar procedimientos administrativos y clínicos ineficientes.