El investigador senior del grupo Ciencia de datos nos explica Atlas VPM, una herramienta para la gestión de resultados en salud que permite detectar desigualdades, mejorar la calidad, reducir riesgos y ahorrar costes

Zaragoza, 9 de octubre de 2025.– Entrevista con Enrique Bernal, Investigador Principal del grupo de ciencia de datos para la investigación en servicios y políticas sanitarias del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS), sobre el Atlas de Variaciones de la Práctica Médica, que cumple 25 años evaluando el Sistema Nacional de Salud.

—-

¿Cómo nació el proyecto Atlas de Variaciones de la Práctica Médica (Atlas VPM)?

Enrique Bernal: «Atlas aparece en nuestra vida hace unos 30 años, y recuerdo que existía una preocupación relacionada con el hecho de que las personas, por el hecho de vivir en un determinado lugar, tienen más o menos probabilidad de tener resultados de salud distintos por su interacción con el sistema sanitario. Lo que en la época se llamaba “la geografía es el destino”, es decir, que según donde viven las personas, la posibilidad de tener unos resultados de salud mejores o peores, cambiaba.

Esa cuestión académica ya venía estudiada en los años 70 por el profesor Wemberg, mi mentor en Estados Unidos, y fue lo que nos llevó a pensar: “¿Y si lo estudiamos aquí en España, en un sistema sanitario completamente distinto? Y así, empezamos nuestro proyecto.»

¿Qué tipo de datos utilizan en el Atlas VPM y cómo aseguran su calidad?

Bernal: «Utilizamos los datos que se recogen habitualmente en el Sistema Nacional de Salud. Cuando un paciente aparece en la consulta de atención primaria, o en un hospital, o cuando recibe una medicina en una farmacia, va dejando una huella digital.

Nosotros recuperamos esa huella, obviamente con la seguridad suficiente para que no existan problemas de privacidad entre los pacientes. La recogemos y, con esos datos es con lo que elaboramos los Atlas de Variaciones de Práctica Médica.»

¿Qué criterios están utilizando para definir que una variación es injustificada?

Bernal: «Les decimos variaciones “injustificadas” porque tú no esperas que dos poblaciones similares en edad, en distribución socioeconómica y contiguas geográficamente, tengan necesidades distintas de atención sanitaria.

Lo que tratamos de averiguar es, si son iguales esas poblaciones, ¿por qué reciben cuidados de forma diferente? Y así es como definimos la variación injustificada.»

¿Cuáles son los principales retos técnicos y éticos a los que se enfrenta alguien trabajando con datos sanitarios?

Bernal: «Los datos sanitarios son sensibles. Por lo tanto, son datos con los que tenemos que tener mucho cuidado. No debería haber filtraciones y no deberíamos usarlos de una manera inadecuada. Debemos ser muy cuidadosos. Son datos que se llaman “de especial protección”.

Por eso, toda investigación que se realice con este tipo de datos cubre todas las necesidades relacionadas con la protección de la privacidad y la seguridad de las personas a través de sus datos. Cada proyecto que hacemos tiene que pasar necesariamente por un comité ético de investigación y tiene que tener una garantía legal para que quien tiene que tomar decisiones sobre la cesión de los datos sepa cuál va a ser el uso que se va a hacer y, por tanto, ponga las cortapisas necesarias para cumplir los criterios de seguridad. Y, en todo caso, como cualquier investigación médica, tiene que considerar algunos principios bioéticos fundamentales. En definitiva, principios fundamentales para la protección del ser humano.»

Y con estos datos, ¿qué decisiones concretas se pueden tomar a partir de los hallazgos de Atlas VPM?

Bernal: «Atlas nos ofrece sus resultados y, con ellos, nos ofrecen muchas vías de mejora del Sistema Nacional de Salud. Por ejemplo, mejorar la calidad, reducir los riesgos asociados con la práctica de la cirugía o el consumo de los fármacos, que sea más equitativo el acceso de aquellos pacientes que deberían estar recibiendo algún tipo de tratamiento y no lo están recibiendo por algún tipo de barrera, etc.

Es decir, cuando nosotros detectamos estas diferencias injustificadas, lo que podemos es argumentar sobre mejoras en el sistema para reducir desigualdades, mejorar la efectividad del sistema sanitario y la calidad y reducir costes innecesarios.»

¿Cómo está siendo el proceso de aplicación del Atlas VPM en Aragón? ¿En qué punto del objetivo se encuentra?

Bernal: «En Aragón llevamos muchos años trabajando en la posibilidad de que algunos de los resultados que se producen en el Atlas puedan ser utilizados para mejorar el sistema y la atención a los aragoneses y a las aragonesas.

Ahora, en concreto, estamos trabajando en cómo entender mejor las listas de espera quirúrgicas y en consultas externas y en tratar de reducir los tiempos que son excesivos. Pero no solo eso. Por ejemplo, cuando los pacientes diabéticos van a la consulta de atención primaria o a la consulta de endocrinología, tienen que cumplirse una serie de protocolos y estos, que están pensados para mejorar la calidad de los cuidados que se prestan, se aplican de forma diferente entre los distintos proveedores sanitarios de la comunidad.

Nosotros detectamos esas diferencias y podemos monitorizarlas. Esa monitorización es la que puede usarse posteriormente para mejorar la atención que reciben este tipo de pacientes.»

¿Qué aplicaciones concretas se están impulsando?

Bernal: «Por ejemplo, cuando hablamos de los tratamientos que se prescriben, vemos que España es uno de los países que más antibióticos utiliza y, por tanto, existen riesgos asociados al uso excesivo. Esos riesgos tienen que ver, sobre todo, con las resistencias antimicrobianas. Lo que hacemos en el Atlas es detectar aquellos sitios donde se prescriben más de lo esperado para el tipo de población que atiende, ya que son muy efectivos, pero su efectividad tiene un efecto potencialmente adverso. Detectando esos lugares donde se están prescribiendo más antibióticos de amplio espectro que los que serían de esperar, lo que podemos hacer es poner el acento en mejorar la práctica de prescripción farmacéutica de los médicos en ese lugar.

Este es uno de los ejemplos más recientes, más concretos de utilidad inmediata y que es muy importante en el Plan Nacional de Resistencias Antibióticas.»

¿Se detectan grandes desigualdades entre las distintas comunidades autónomas?

Bernal: «El Atlas ofrece diferencias entre comunidades autónomas, pero el problema no está en entre ellas, es mucho más granular. El problema principal está a nivel de médico. Por tanto, interesa mostrar diferencias entre las unidades de análisis más pequeñas.

No lo hacemos por médico por una cuestión relacionada con la privacidad del ejercicio, pero sí que lo hacemos a nivel de zona básica de salud, que es la unidad en la que el sistema sanitario español está distribuido. Así, encontramos diferencias enormes entre zonas básicas de salud de la misma comunidad autónoma. De hecho, es mayor la variación dentro de una comunidad autónoma que entre comunidades autónomas.

En todo caso, también estudiamos sus diferencias. Rara vez, pero puede ser que nos encontremos que alguna comunidad autónoma es particularmente buena o deficiente en algún caso concreto. Sin embargo, ese no es el objetivo. El objetivo es detectar variaciones más granulares que nos permitan, y que le permitan a quien toma decisiones, cambiar cómo se están haciendo las cosas.»

¿Se observa una tendencia hacia la mejora o hacia el aumento de las desigualdades sanitarias?

Bernal: «Depende. En algunos casos, las desigualdades que observamos han aumentado. Por ejemplo, las desigualdades en la prestación de algunos servicios. Y no necesariamente relacionado con, digamos, personas más vulnerables, ni siquiera pensando también en cuestiones de género.

Depende de qué procedimientos quirúrgicos analizamos, de qué prescripciones analizamos, de qué condiciones clínicas analizamos, etc. No hay un patrón fijo que podamos señalar y que nos pudiera dar pistas sobre cómo reducir esa desigualdad. Por tanto, otra lección que hemos aprendido es que no podemos hablar en general de desigualdades. Tenemos que hablar de que, en algunos casos aumenta la desigualdad, en otros disminuye la desigualdad, y que disminuye o aumenta más dentro de una comunidad autónoma que entre comunidades autónomas.»

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los próximos pasos o líneas de investigación del Atlas VPM?

Bernal: «Hace unos 10 años decidimos incrementar nuestra capacidad de análisis y creamos un equipo multidisciplinar con mejores capacidades de uso de datos, de forma que pudiésemos responder a más preguntas de investigación. Y en este momento estamos utilizando, además de las clásicas, metodologías de análisis mucho más complejas, de forma que, en este momento, ya no estamos solamente analizando variaciones entre zonas básicas de salud o entre áreas sanitarias, sino que ahora estamos analizando variaciones en las trayectorias asistenciales que siguen los pacientes.

Es decir, como somos capaces de enlazar los datos del tratamiento que reciben los pacientes, podemos trazar el recorrido que cada individuo puede seguir a lo largo del sistema sanitario y entender si la complejidad de esas trayectorias tiene que ver con los resultados sanitarios que el paciente tiene. Esta es una línea de investigación mucho más detallada y que produce resultados que dan muchas pistas a quien tiene que tomar decisiones para que las trayectorias conduzcan a mejores resultados.»

¿Cree que es necesario hacer cambios en la cultura sanitaria para para reducir la variabilidad injustificada?

Bernal: «El sistema sanitario en España está muy acostumbrado a evaluarse, pero es cierto que los resultados que nosotros producimos pueden implicar cambios organizativos muy importantes. Cambios que implicarían, no necesariamente más coste, pero sí modificaciones en la cultura y la organización, y todos los seres humanos sabemos que cambiar la forma de hacer las cosas es una cuestión muy complicada. Por tanto, para adoptar los mensajes que nosotros aportamos en el sistema, se necesitan cambios organizativos y cambios culturales profundos. Y no es fácil, ya que necesita un esfuerzo muy grande.»

Por último, ¿cree que el Sistema Nacional de Salud está realmente preparado para usar el Atlas de una forma fija y sistemática, o que por el contrario existe una brecha entre el conocimiento y la acción real que se quiere llevar a cabo?

Bernal: «Esta es muy buena pregunta porque nosotros, los científicos, siempre estamos un poco alejados de la vida real. Tenemos que tratar de reconocer que lo que nosotros hacemos es complicado de implementar. Lo que es cierto es que en los últimos años vemos que la capacidad de influencia que tiene el Atlas VPM en la decisión en los sistemas sanitarios regionales y en el Sistema Nacional de Salud, puede ser mayor. Y de hecho observamos que hay una cierta mayor sensibilidad.

Es un buen momento para eso. Será difícil que los cambios se produzcan, pero que existe sensibilidad sobre la necesidad de que esta información llegue a la toma de decisiones en política sanitaria, en gestión sanitaria y en la clínica, es totalmente cierto. Hay más sensibilidad hoy que hace 20 años cuando empezamos.»

 

Para saber más, se puede visitar la página web del Atlas VPM: https://cienciadedatosysalud.org/atlas/

 

Enrique Bernal Delgado, investigador principal del grupo de ciencia de datos para la investigación en servicios y políticas sanitarias del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS).