ESTADOS UNIDOS

Resultados:

La similitud entre proteínas humanas y virales está relacionada con la autoinmunidad inducida por virus o vacunas. El fracaso de las vacunas de SARS y MERS en ensayos con animales implicó una patogénesis consistente con un cebado inmunológico que significó la aparición de autoinmunidad en los tejidos pulmonares debido a la exposición previa a la proteína espiga de SARS y MERS.

La patogenia de la exposición al COVID-19 puede conducir a resultados similares.

Se comparan los epítopos* inmunogénicos de cada proteína COVID-19 con proteínas humanas, en busca de una alta coincidencia homóloga local.

Solo un epítopo inmunogénico en COVID-19 no tenía homología con proteínas humanas. *: epítopo o determinante antigénico es la porción de una macromolécula que es reconocida por el sistema inmunitario, específicamente la secuencia a la que se unen los anticuerpos, que son los receptores de las células B o de las células T en estado soluble.

 

Conclusiones:

El alto número de epítopos compartidos entre COVID-19 y el ser humano podrían explicar en parte las altas tasas de enfermedad grave asociada.

Si el desarrollo de vacunas no tiene en cuenta estas características, pueden repetirse situaciones del pasado como por ejemplo, la vacuna contra la gripe H1N1 utilizada en Europa que condujo a la narcolepsia en algunos pacientes, como resultado de la homología entre la molécula del receptor 2 de hipocretina humana (también conocida como orexina) y las proteínas presentes en la vacuna. Esto se estableció mediante la detección de anticuerpos de reacción cruzada en el suero de pacientes que desarrollan narcolepsia después de la vacunación contra la gripe H1N1 en Europa.

 

Referencias bibliográficas:

https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S2589909020300186